Cuando nacemos nos traen a la luz… una luz antigua en un mundo viejo.
En un bosque de recuerdos, aguardo en
silencio a que cese la tiranía de la noche. Puedo sentir el viento pasar de
puntillas sobre mi piel; escuchar el canto sombrío de un pájaro solitario. Puedo
oler en la brisa la lluvia lejana o saborear en mis labios la cercanía del mar…
pero es con la mañana, con el sol asomándose al olor de los manzanos, cuando
puedo ver el viento sobre los campos de maíz, cuando el sombrío canto se vuelve
naranja, cuando las nubes atrapan la luz del cielo y se quiebra en millones de
gotas de agua… es con la claridad cuando la mar se vuelve magna.
Como siempre, paso a paso, sigo mi senda
de luz. Llevo en mi equipaje lo más ligero y lo más pesado… mis sueños, mi vida
pasada. Paso a paso, a sabiendas de que, al dar el segundo de ellos, el primero
ya se ha vuelto pasado.
En este mi viaje, he visto lo que otros
no supieron ver. He visto auroras equilibrarse con la pluma de Maat; la luz
detenerse entre las hojas de un sauce que parecía dormir; el sol en las alas de
un cuervo que vuela sin saber lo que es volar. He visto el brillo del bosque
saltar de rama en rama atrapado en los ojos de una ardilla; en sendas
olvidadas, al crepúsculo peregrinar como un caminante más. He visto relumbrar
un río de invierno en el hueco de mis manos… Sé de horizontes rasgados por
decenas de rayos; sé de una playa, de una orilla, en donde la luz sobre un niño
nos mostró toda la miseria humana…
Y camino, paso a paso, hasta que
únicamente quede morir, hasta que el viento haga trizas mis huellas y apenas
quede un destello de mí.
Camino, paso a paso… sólo soy un hombre.
Pisoteada…
aún
guardan el brillo del sol
las
alas de la libélula
Asturias,
verano del 2015, donde la tierra siempre es verde.
Emocionante forma de ver la luz asturiana pasear por el universo. Un abrazo
ResponderEliminarGracias José Ángel por asomarte y dejar tu huella. Un abrazo desde esta luz asturiana hacia esa luz albaceteña.
EliminarPrecioso haibun, Alfredo. A flor de piel...
ResponderEliminarUn abrazo _/\_
Gracias Gorka, celebro tu visita y tus palabras. Un abrazo norteño.
EliminarMe ha gustado mucho, Alfredo, gracias
ResponderEliminarun abrazo
Gracias a ti Grego, por asomarte y por dejar tu opinión. Me alegra que te guste el texto. Un abrazo.
EliminarLuminoso y conmovedor relato... que grato es leerte mi querido amigo.
ResponderEliminarUn abrazote _/\_
Grato es leerte por aquí, Mai. Me alegra un montón tu visita. Para ti y tu tierra un abrazo intergaláctico con mis mejore deseos.
EliminarTiene ese aire casi elegíaco de ese otro "He visto atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tanhäuser". Espectáculos ni más ni menos asombrosos que cualquiera de los testimoniados por el individuo más modesto. "He visto… estuve allí… padecí… anhelé… perdí…": solo es lo que no es, todo ya es pérdida y lo llamamos nuestro. "Momentos que se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia": bienvenido a la humanidad, hermano replicante; bienvenido a la realidad.
ResponderEliminarzentaura
Gracias Zentaura. También a mí, una vez releído el texto, me trajo a la memoria historias de replicantes… Aunque mantengo la esperanza de que siempre haya alguien capaz de distinguir una lágrima entre la lluvia.
EliminarUn abrazo y muchas gracias por tu sentido comentario. Bien hallada hermana replicante.