Escrito en un muro

 

Con la primera luz

se desangró el sueño,

 aquella última luz…

 

Se fundieron asesinos y poetas

en una misma niebla,

en la mañana fría

 la fría muerte aguarda…

el viento se hizo añicos en sus caras.

 

Se pudieron escuchar

los sonidos de unos pasos,

pasos mudos

junto a una tapia…

 

El miedo primitivo

tarareó su canción.

 

Al ruido de las armas

se alzó un alba repentina

de negras llamaradas…


… el olor de la pólvora…

 

Dibujó la sangre

tenebrosas figuras

sobre los ropajes…

ropajes trocados en ataúd…

Cayeron…

no calló con ellos

 la palabra.


Los asesinos han muerto,

aún siguen vivos los versos

de aquellos otros muertos.

 

Recuerda, recuerda…

el verso ahora vuela

en un haz de luz

prendido en las alas

de una libélula

 

Recuerda…



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