Desidiosa,
queda sobre la silla
mi piel de nailon y algodón.
Despojado de molestas costuras
aguardo entre tibios lienzos
el advenimiento de una quimera…
Anochece…
arropado por mi propia sombra
miro como se escurre,
entre el hueco que dejan mis manos,
las últimas gotas de luz.
Callo, quizás por temor
a perder la última palabra.
Cierro los párpados…
floto en la penumbra
que me permitirá estar sin llegar a ser.
Arrumbo,
entre un vaivén de ficción y realidad,
hacia una mañana
en la que volverán a caer,
sobre unas sábanas ya arrugadas,
las primeras gotas de luz.
¡Qué bellas palabras!. Me han emocionado....
ResponderEliminarMucho ánimo querido amigo
Muy emotivo el poema.
ResponderEliminarUn abrazo
Seguro que con las primeras luces del alba vendrán nuevas ilusiones y nuevos sueños.
ResponderEliminarGracias por compartirlo. Un saludo.
Muy bonito, ¡seguro que llega la luz!
ResponderEliminarUn abrazo
Precios, Alfredo. Luz y oscuridad son UNO.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo _/\_
Gracias Mercedes. Gracias Karin. Gracias Poeta Errante. Gracias José Ángel. Gracias Gorka.
ResponderEliminarCelebro vuestros cariñosos comentarios. La poesía no es más que un pequeño homenaje a la ilusión por cada nuevo día, que es nuestro mejor regalo. Una ilusión que mucha gente ha perdido, quizás por hacer rutinario, por dar por hecho cada nuevo amanecer.
Cinco abrazos, gracias.
¡Qué hermoso! es un placer leerte de nuevo querido amigo, te dedico este humilde haiku a modo de saludo.
ResponderEliminarPasa la brisa...
sin poder detenerse...
más que un instante.
Un abrazo.
mai
Gracias Mai, la alegría es mía. El haiku que me dejas es una delicia. Un abrazo interplanetario y un hasta pronto
Eliminarotro abrazote!!
EliminarBellísimo. Y qué cierta es tu reflexión.
ResponderEliminarMe alegró mucho volver a leerte.
Gracias.
Un fuerte abrazo,
Gracias Elías, siempre es agradable leerte por aquí.
EliminarUn abrazo
Un abrazo grande, grande, grande
ResponderEliminarGracias Xaro, un abrazo también grande, grande.
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